Contratos fantasma en el NAIM

Por más que el expresidente Enrique Peña Nieto trata de desaparecer, disfrazarse y esconderse, su oscuro pasado parece no dejarlo en paz. Conforme pasa el tiempo más y más trapitos sucios salen al sol. Ahora resulta que durante su sexenio se desviaron mil 779 millones de pesos del NAIM a empresas fantasma. ¡Oh sorpresa!

¡Así como lo leíste! durante tres años se acordaron 117 contratos a 45 proveedores que no existieron, la mayoría de estos contratos fueron asignados por adjudicación directa. Todos esas licitaciones se ejecutaron únicamente para la construcción de una barda perimetral y la ejecución de obras pluviales.

El Nuevo Aeropuerto Internacional de México era el proyecto estelar de Peña Nieto; ahora sabemos por que tanto interés y terquedad en construirlo.  Pero lamentamos decirte que EPN no fue el único expresidente que “aplicó” estas practicas corruptas en las licitaciones pues Felipe Calderón realizó 851 obras bajo este modelo de contratación. 

Algunos de los hallazgos que se encontraron en la investigación del periódico El Universal es que en 13 de las compañías contratadas los supuestos dueños son prestanombres, que trabajan de veladores, albañiles, estilistas, policías o son beneficiarios de programas de subsidios al campo, vivienda o educación.

Ademas, la periodista Zorayda Gallegos publicó en su investigación que hay 8 empresas que están en los listados negros del SAT por simular operaciones, tener adeudos fiscales o porque no fueron localizadas en sus domicilios. También hay 3 empresas acusadas por los órganos fiscalizadores de los Estados por desvío de recursos.

Del NAIM a Santa Lucía

Desgraciadamente toda la corrupción alrededor de la obra no se terminó con la cancelación del aeropuerto pues el modelo de contratación que usó la Sedena en el NAIM, es el mismo que utiliza en Santa Lucía; y aunque se solicitaron los contratos vía transparencia, Sedena los clasificó como reservados por seguridad nacional.  La respuesta se impugnó, pero el INAI aún no resuelve nada. 

Si el gobierno de Andrés Manuel López Obrador quiere pasar a la historia entonces debe combatir la corrupción con acciones y no sólo con palabras. Los desvíos de recursos en sexenios pasados dañaron fuertemente al país, se debe castigar con todo el peso de la ley a los que cometieron practicas corruptas. 

Es preocupante que la administración de la 4T replique el “modus operandi” de los expresidentes en el aeropuerto de Santa Lucia. Con cualquier prueba de cohecho o de corrupción, el presidente y su partido perderían todo tipo de legitimidad o coherencia que aún preservan.