El precio del crudo y la cruda realidad

¿Quién lo iba a creer? El Coronavirus podría convertirse en ese factor que lleve a AMLO a modificar su estrategia de gobierno, y solo así, hacer crecer nuestra economía.

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Por contradictorio que se escuche, la situación en la que nos encontramos es tan delicada que el golpe de timón es algo, prácticamente, de vida o muerte.

Quien pudo haberse convertido en el mejor aliado de López Obrador durante este sexenio, hoy le ha dado la espalda.

Nos referimos al crudo, al petróleo mexicano, mismo que ha vuelto al subsuelo después de ver la triste realidad que se vive fuera de los yacimientos.

Así es, el crudo volvió al subsuelo luego de que ayer perdiera todo valor económico y se cotizara en números negativos.

Pero veamos, no es el único indicador que augura la más cruda realidad para México durante su historia moderna. Tan solo el día de hoy, nuestra economía recibió cuatro nuevos recortes en las expectativas de crecimiento económico.

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Primero fue la CEPAL, quien calcula que nuestra economía decrecerá -6.5% (al igual que las economías de Argentina y Ecuador) y solo por encima de Venezuela, país que verá caer su economía hasta un -18%.

Después fue Standard&Poors, quien prevé una caída de -6.7%. CitiBanamex hizo lo propio señalando una caída de -9%. Pero ojo, siempre y cuando México cambie su postura fiscal.

Finalmente, BBVA cree que la economía mexicana podría caer -7%. Peeeero deja abierta la posibilidad de que se desploma hasta -12%. Este panorama sería muy probable en caso de que nuestro gobierno no modifiqué.

La caída de crudo

Es cierto, la caída en el precio del petróleo no es culpa de la Secretaria de Gobierno, Rocío Nahle, ni del presidente López Obrador, pero sí lo es la falta de capacidad para reaccionar, para corregir, para elegir un plan B. Y también lo es, la falta de autocrítica para aceptar la realidad y dar este tipo de respuestas.

Señor presidente, en sus manos está el poder salvarnos de la catástrofe que se avecina, o de que el golpe para todos los mexicanos sea lo menos dramático posible. No podemos seguir empeñados en construir Dos Bocas.

Es momento de cerrar esas Dos Bocas que se le están chupando el presupuesto al país, de adaptarnos a la realidad y de aceptar que en algunos momentos se tienen que abandonar viejos sueños, para iniciar otros nuevos.

Llegó el momento de hacer equipo con los empresarios y tenderles la mano, de reestructurar la asignación de presupuestos, de aceptar que el petróleo ya no puede ser el único aliado de la 4T. Pues el Coronavirus adelantó la partida del petróleo como uno de los principales actores económicos en el mundo.