“Municipios de la Esperanza” la primera prueba contra el COVID-19
Esta semana se dio a conocer el plan de reactivación económica llamado “municipios de la esperanza“. ¿Esperanza de qué?
Desde el nombre que se le dio al plan para el regreso a la “nueva normalidad”, ya resultó polémico. No sabemos por qué se eligió este nombre: ¿será la esperanza de que en estos municipios no haya casos de coronavirus? ¿o la esperanza de que su economía pueda mejorar?
El plan de reactivación económica contempla el rompimiento del confinamiento de manera escalonada, empezando por los 269 ayuntamientos que no registran casos positivos de COVID-19, los denominados “Municipios de la Esperanza“.
En el caso de estos 269 municipios distribuidos en 15 estados del país, que no se encuentran en riesgo, podrán retomar sus actividades económicas a partir del 18 de mayo.
Es cierto, en todo el mundo hay controversia sobre esta situación. ¿cómo debe ser el regreso a la “nueva normalidad? ¿cómo deben actuar los gobiernos para echar a andar nuevamente el motor económico de cada país?
En diferentes lugares del mundo, en los que se levantó la cuarentena rapidamente, han surgido nuevos brotes de Coronavirus: Wuhan en China, Corea del Sur y Hokkaido en Japón.
Estados Unidos es otro país con grandes diferencias sobre los puntos de vista de cómo regresar a la normalidad. En Los Ángeles California, se ha planteado la posibilidad de extender la cuarentena tres meses más.
Municipios de la esperanza
En México, las cosas no son tan diferentes. Diferentes municipios se han apuntado en la lista de los que no saben si acatarán las medidas establecidas por el gobierno federal, el cual contempla tres etapas:
- 18 de mayo: Reapertura de los Municipios de la Esperanza.
- 18 al 31 de mayo: Preparación para reapertura con protocolos sanitarios.
- 1 de junio: Implementación del sistema de semáforo por regiones.
Todo indica que el plan de reactivación económica se sumará a la lista de los errores ya cometidos durante la etapa de emergencia sanitaria.
Se actuó mal cuando supimos que el Coronavirus llegaría a México. Se mandaron los mensajes erróneos: “salgan de sus casas”, “apoyemos a la economía”, “abrácense, no pasa nada”.
La liga se estiró al máximo y con ello impedimos la posibilidad de tener un mejor control sobre la pandemia. Además, es muy probable que al no haber entrado antes en cuarentena, haya hecho más profundo y extendido el daño económico en el país.
Finalmente, aunque inevitablemente el regreso a una “nueva normalidad” sea cada día más cercano, los mexicanos seguiremos teniendo más dudas que respuestas, más incertidumbre sobre qué hacer ¿reactivar cuanto antes, o no, la actividad económica?
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