La destrucción del valor del dinero

Por: Eduardo Novoa

“La mejor manera de destruir al capitalismo es corromper su dinero.” Lenin

Ningún gobernante había hablado del dinero como si se tratara de piedras o de chicles, en vez de respetarlo por haber sido ganado con el sudor de nuestra frente.

Mientras que la mayoría de la gente tiene 50 o hasta 500 pesos en la cartera, ganado en función de trabajo, y no de dudosa procedencia, tan dudosa que se oculta en bolsas de papel, desde el gobierno se alardea que se gastan cien mil millones por aquí, 50 mil millones por allá, o se regala 300 millones de dólares a otro país, o se endeuda con 360 mil millones de pesos adicionales en lo que va del sexenio.

Lo que se pretende es que el dinero pierda su significado, su valor y se le pierda el respeto. Esto, también es una estrategia política del nuevo socialismo latinoamericano.

Se quiere que no reclames cuando una refinería que iba a costar 8 mil millones, ahora vaya a costar 16 o 20 mil millones de pesos o de dólares.

Sin darte ninguna explicación, como en la peor de las dictaduras, sin nadie que lo cuestione, que lo audite, o que exija su procedencia y destino.

Se busca que la gente pierda la noción del dinero y del gasto público, para que puedan gastarlo, o desaparecerlo como por arte de magia.

También le quitan valor moral al dinero, porque la cantidad y la manera en que lo gastan, son inmorales.

El dinero se gana con trabajo.

El tiempo que empleas en ganar dinero es vida, y los días o años que empleaste en ganarlo, nunca van a regresar.

El dinero lo ganas con amor al trabajo, a la gente que sirves, por eso también se dice que el dinero es amor.

Por lo tanto, el dinero tiene una moralidad propia.

Al dinero se le respeta, se le protege, porque lo ganaste dando de ti, de tu persona, de tu experiencia en el oficio o profesión que practiques, ya seas pintor, electricista, enfermero.

Parte de ese dinero va a parar al gobierno, quien te lo quita en forma de impuestos. Lo menos que debería hacer es respetarlo y cuidarlo. Pero hace todo lo contrario.

Cuando te dice que despareció el Fondo de Desastres Naturales porque se gastaba mal, se trataba de tu dinero.

Si se gastaba mal debería congelarse, blindarse y no tocarse hasta que se resuelvan los problemas. Una vez resueltos, el dinero sigue ahí, completo y se le da el uso para el que fue creado.

¿Pero desaparecerlo así nada más? Pues… ¿qué? ¿Tenemos por gobierno a un mago que se guarda el conejo en la manga mientras te distrae con la casa de Houston?

El Foro de Sao Paolo provoca hiperinflación, así que cuando un kilo de tortillas cueste un millón de pesos, un auto diez mil millones y una refinería novecientos mil billones o trillones, nadie sabrá el valor real del dinero, tantos ceros confunden, a menos que seas un matemático.

Como habrás visto en videos, en Venezuela con 20 fajos de billetes te compras un bistec, por eso los billetes son basura, los queman, los pisan sin recogerlos y la gente hace cola durante horas para que el gobierno le regale un kilo de arroz, quitándole la satisfacción de haberlo ganado con el sudor de su frente, lo cual no solo le quita el valor al dinero, sino también al trabajo.

¿Has oído acerca del síndrome de Estocolmo?

Describe lo que sucede a una persona secuestrada cuando llega a sentir afecto o hasta se enamora de su secuestrador porque le da de comer, aunque sean las sobras.

Cuando el gobierno populista regala una ayuda o una bolsa de arroz sucede lo mismo. Y así es como logran que la gente siga votando por ellos.

Quitan las medicinas, los doctores, la luz, la paz, la seguridad, la posibilidad de trabajar y ganarse la vida a cambio de 3600 pesos al bimestre, es decir $450 pesos a la semana.

Para una familia mientras que en el radio prometían 13,000 mensuales en su campaña en el 2018. Así fue como se ganaron el voto, mintiendo.

El dinero se cuida, se valora, y se trata con respeto, tal como lo haces tú y todos los que sabemos cuánto cuesta ganarlo.

o se desprecia hablando diariamente de miles de millones de pesos, sobre todo cuando ese dinero no es de ellos, sino tuyo y mío, y se los damos para que compren medicinas, den mantenimiento, combatan el crimen, y tantas y tantas cosas que han dejado de hacer.

¡Mexicano, despierta!

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